sábado, 5 de abril de 2008

¡Qué tiempos aquellos!

El R-28 anda menos que un sombrero a patadas. Sólo las manos de Fernando Alonso pueden meterlo entre los diez primeros. De modo que estamos de capa caída, ¿no?
Pues no, de eso nada. Hace muy pocos años hubiésemos soñado esta posición para un piloto español y ahora nos parece que estar entre los diez primeros es un fiasco. Este Alonso nos ha acostumbrado muy mal. Pero yo recuerdo en la época de Minardi cuánto disfrutábamos con verlo hundido en los últimos puestos de la parrilla de salida. Sin embargo hoy queremos verlo disputar el podio con un triciclo de cuatro ruedas, pero claro, la decisión de irse a esta escudería fue suya, por tanto no hay que buscarle los tres pies al gato.
Sólo nos queda intentar disfrutar de sus "travesuras" para ganar una posición e intentar que no lo adelanten (que ya es mucho) para entrar en los puntos que, hoy por hoy, siendo realistas es casi una utopía.
En fin, ¡qué tiempos aquellos!

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